viernes, 10 de junio de 2011

Dolores menstruales

COMO MITIGAR EL DOLOR MENSTRUAL.

EL DOLOR MENSTRUAL SE LE CONOCE CON EL TÉRMINO MÉDICO COMO DISMENORREA. SEGÚN LOS ESTUDIOS, ENTRE UNA TERCERA PARTE Y LA MITAD DE LAS MUJERES EN EDAD REPRODUCTIVA LO PADECEN EN MAYOR O MENOR INTENSIDAD.

     Es tan frecuente que la mayor parte de quienes los sufren lo asumen como algo más de su regla y se limita a tomar analgésicos o antiinflamatorios, para poder mitigar el dolor, que a veces puede resultar bastante invalidante, impidiendo desarrollar una actividad totalmente normal durante esos días, siendo en muchos casos motivo de absentismo escolar y laboral.

     La dismenorrea no solo se presenta como un dolor en la zona pélvica, sino que además, en los casos más intensos, pueden acompañarse de muy variados síntomas, como el dolor en la zona renal, molestias mamarias con aumento de la turgencia de los senos, distensión abdominal, calambres o pesadez de piernas, cefaleas, náuseas y vómitos, desmayos, diarrea o estreñimiento y cambios de humor con más tendencia depresiva e irritabilidad.

     Durante la menstruación, lo que ocurre es que el útero se desprende de la capa más interna del mismo, el endometrio, para ser renovado. Prepara un nuevo tejido con la finalidad de que, si  se produce un embarazo, ese óvulo fecundado pueda anidar y desarrollarse con más facilidad sobre un tejido más joven, para que llegue a buen puerto ese embarazo. Por tanto, es necesario que se eliminen los restos del endometrio del anterior ciclo en forma de sangrado. Para que esto ocurra, además de producirse una serie de cambios hormonales, responsables del desprendimiento del endometrio, es necesario también que se sinteticen y liberen, en mayor cantidad de sustancias llamadas prostaglandinas, concretamente la E2 y F2a, que hacen que se contraiga el útero, para poder así eliminar el contenido menstrual, siendo éstas precisamente las responsables de que aparezcan cólicos y dolor.

     Conviene aclarar que, aunque no es probable, ante el dolor menstrual, se deben descartar ciertas enfermedades ginecológicas, como miomas, endometriosis u otras patologías útero-ováricas, por lo que se debería acudir a un ginecólogo para confirmar que no se padecen. Este, tras descartarlas, probablemente nos recetará un medicamento de efectos antiinflamatorio, ya que inhiben la síntesis de las prostaglandinas responsables del dolor o un anticonceptivo oral que, al evitar la ovulación , también impide que se formen éstas.

SOLUCIONES NATURALES:

     Sin embargo, existen multitud de alternativas naturales a estos medicamentos de síntesis, carentes de efectos secundarios y, sobre todo, mucho más respetuosas con los procesos fisiológicos que tienen lugar en nuestro organismo. Además, los remedios que expongo a continuación, son compatibles unos con otros, por lo que, ante la falta de respuesta total en cuanto a eficiencia del tratamiento, podemos combinarlos.

     Dentro del campo de fitoterapia, es recomendable la asociación de plantas medicinales, como la manzanilla, valeriana, pasiflora y jengibre, bien  en infusión o en extracto fluidos. Han demostrado su eficacia terapéutica, al ejercer un efecto relajante muscular y, en casos de dismenorreas leves, éstas desaparecen. También en la infusión, podemos colocar dos ramitas de canela para mejorar la fórmula.

     El aceite de semillas de onagra, o el de borraja, son unos de los remedios más empleados y conocidos en el tratamiento de esta patología. Poseen un ácido graso esencial de la serie OMEGA 6 llamado ácido gamma linoléico, que actúa como precursor de las prostaglandinas E1, que poseen un efecto antiinflamatorio y estabilizador de la membrana celular. Estas prostaglandinas E1 son  distintas de las que se liberan en la dismenorrea (E2 y F2a), y parecen contrarrestar los efectos de éstas.

     También  los ácidos grasos de la serie de OMEGA 3 se han utilizado con éxito en el tratamiento de esta patología pues tiene un efecto antiinflamatorio. Los encontramos fundamentalmente de procedencia animal, en pescados azules y focas, pero también de origen vegetal, como el que se obtiene de las semillas de lino y de las nueces.

     La vitamina B1, presente en los alimentos como las carnes, la levadura de cerveza, yema de huevos, legumbres, frutos secos, cereales integrales, patatas o arroz, así como el magnesio, más abundante en cereales, frutos secos, legumbres y germinados, han demostrado una evidencia en el control y tratamiento de la dismenorrea. Por el contrario, estudios realizados con la VITAMINA e, popular también en el tratamiento del dolor menstrual, nos demuestra que su eficacia es similar a la del placebo, por lo que no estaría indicada.

     La aplicación de calor local en la zona infraumbilical, bien con un parche térmico, una almohadilla eléctrica, un saquito de heno o de trigo sarraceno calentado previamente en el horno o en el microondas o incluso con una botella llena de agua caliente envuelta en un paño, ayuda a mitigar las molestias y dolores en caso de dismenorrea, con una eficacia similar a la de los antiinflamatorios.

     Otras medicinas complementarías también aportan remedios útiles como la acupuntura o la acupresión , que podemos realizar en casa,

     La homeopatía también nos ofrece soluciones para la dismenorrea, empleándose ciertas plantas medicinales, pero preparadas según el método homeopático, entro los que se encuentran LYCOPODIUM, BELLADONA, PLTINA O STAPHISAGRIA.

MODIFICAR HÁBITOS.

     Es importante y aunque no existen demasiados estudios cientifícos al respecto, modificar ciertos hábitos de vida, pues se relaciona una mayor intensidad del dolor con el tabaquismo, el sedentarismo o la ingesta excesiva de grasa saturada y alimentos proteicos de origen animal y la cafeína. Por lo que se debería recomendar el abandono del hábito del tabaquismo, realizar más ejercicio físico, llevar una dieta que tendiera al menos hacia el vegetarianismo y sin grasas, tanto animales como vegetales, y eliminar el café y las bebidas excitantes con cola.

      La presencia de fibra en la dieta, en forma de cereales, fruta con piel y verduras, es un factor también importante para determinar la aparición  de dismenorrea y su intensidad. En un estudio realizado en el Japón, donde se valoró la eficacia en la dieta de la soja, las grasas y la fibra, sólo esta última demostró ser capaz de controlar el dolor menstrual, cuando se alcanza una media de 14 gramos diarios.

     Conviene recordar, por último, que muchas mujeres tienen la regla dolorosa hasta su primer parto, esto se debe a que el cuello del útero en las mujeres que no han tenido hijos se encuentra más cerrada que en las que han dado a luz por vía vaginal y, por tanto, el útero no tiene que realizar contracciones tan intentas para liberarse de los restos menstruales. Por ello conviene que volvamos a retomar un parto más natural por vía vaginal, en un momento donde ESPAÑA empieza a ser famosa por el elevado número de partos por cesárea.

     Siguiendo estos sencillos consejos, son muchas las mujeres que se han visto libres de estos síntomas tan molestos. Así que si padece estas molestias, anímese y póngase en práctica y, si no, recomiéndeselas a quien las pueda necesitar.

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