viernes, 23 de septiembre de 2011

CANDIDAS ALBICANS

        HABLEMOS DE LAS CANDIDAS
           Que son las CANDIDAS?  Es una infección causada por un hongo llamado CANDIDA ALBICANS. Este hongo habita en el tracto gastrointestinal, geniourinario, boca y garganta.
            Normalmente este hongo vive en buena armonia con el resto de las bacterias en dichas zonas, pero a veces ciertos factores como la toma de antibioticos por periodos prolongados de tiempo, la píldora anticonceptiva, ciertos medicamentos, la ausencia de secreciones digestivas y demasiado azucar en la dieta, pueden afectar el equilibrio de las bacterias y así causar la multiplicación de este hongo y la debilitación del sistema inmunitario.
            Esta infección se propaga fácilmente por diversas partes del organismo y se caracteriza por diversos sintomas como pueden ser: ESTREÑIMIENTO, DIARREA, COLITIS, DOLORES ABDOMINALES, ACIDEZ PERSISTENTE, DOLORES EN LAS ARTICULACIONES Y MÚSCULOS, DOLOR DE GARGANTA, CONGESTIÓN NASAL, VAGINITIS, INFECCIONES EN LAS VIAS URINARIAS, FÁTIGA CRÓNICA, ESTADOS DEPRESIVOS, IRRITABILIDAD, Etc.
    
            TRATAMIENTO DE LA CANDIDIASIS
    
El tratamiento de la candidiasis debe englobar dos puntos principales: su eliminación y su prevención. Por esto, es importante corregir sistemáticamente las causas que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad. Mi protocolo lo baso en 4 pasos básicos:
     
1) Preparación
   
Es vital que debilitemos las cándidas antes de atacarlas con un antifungal. De lo contrario, si éstas están fuertes, podrán combatirlo y con el tiempo se harán resistentes. La mejor forma de debilitarlas es haciéndolas "pasar hambre". O sea, a través de la alimentación.
     
Es fundamental eliminar:
              Productos y alimentos que contengan azúcares o con sabor dulce (azúcar, sacarina, miel, dextrosa, siropes, refrescos, latas de tomate, cereales de la mañana, productos de bollería y pastelería, postres, helados etc).
        Fruta.
           Productos lácteos, incluidos los yogures.
           Alcohol.
            Levaduras como el pan, pizzas, cubitos del caldo...
             Patatas, champiñones y setas, calabaza y boniatos.
              Cacahuetes y pistachos.
              Productos fermentados como el vinagre, tempeh, salsa de soja, té.
               Harinas refinadas (arroz blanco, pasta blanca etc).
              A cambio, se puede comer:
             Carnes, pescado y huevos.
            Vegetales.
            Legumbres.
            Frutos secos y semillas de calabaza, sésamo y girasol.
             Arroz, quinoa, trigo sarraceno, amaranto y mijo.
             Tostadas (crackers) de centeno o tortas de arroz.
             Limón y aguacate.
            Leche de soja, arroz y avena.
          Tofu y soja texturizada.
            Aceite de oliva.
           Zumos vegetales (excepto de zanahoria y remolacha)
            Agua embotellada.
           Usaremos siempre que podamos aceite de coco para saltear las verduras
           Tomaremos ¼ de cucharadita de moka 3 veces al día.
          Usaremos tampacs naturales compradas en dietéticas y herboristerías y pondremos a la punta del tampacs 3 gotas de esencia del ARBOL DEL TE y lo introduciremos en la vagina por la noche a la mañana siguiente lo sacaremos y tiraremos así lo repetiremos tres días seguidos, luego pararemos un mes y volveremos a repetirlo. Esto lo tendrías que hacer por lo menos durante 4 meses.
           Pero una cosa importantísima es depurarnos el cuerpo, con un buen depurativo por lo menos durante de 15 a 20 días seguidos. Al cabo de un mes nos podemos tomar FEM INA FLOR de los laboratorios  SURA VITASAN  o un MULTIFLORAL  de los laboratorios ELADIET o de los laboratorios VENDRELL. Aunque hay muchos laboratorios en los cuales confío plenamente.
            Durante el tiempo de cambio en la dieta es muy posible que el paciente empeore temporalmente. Esto es debido a una desintoxicación y también a que las cándidas están "protestando de hambre". Si el paciente presenta dificultades en la digestión, como por ejemplo, acidez, pesadez estomacal, etc, es importante ayudarle con enzimas digestivas y/o GALEXIER  de los laboratorios SALLUS, o si no, podeis licuar una patata cruda y el jugo que salga con un vaso y tres dedos de agua os lo tomais ya que es un buen protector estomacal
         Al cabo de un mes de haber empezado la dieta (y siempre manteniéndola), se puede pasar al segundo paso.
  
2) Eliminación
 
      Una vez debilitadas las cándidas, es importante introducir el antifúngico que las destruya. Por el contrario, hoy en día existen muchos antinfúngicos naturales que no producen efectos secundarios y son realmente eficaces. Los que mejores resultados han dado en investigación son el ácido caprílico, sello de oro, extracto de semilla de pomelo, ajo, Pau d´Arco, aceite de orégano, ácido undecilénico y un largo etcétera.
   
En mi experiencia, los mejores antifúngicos son aquéllos que contienen distintas sustancias antifúngicas juntas. Es muy importante introducirlos con mucho cuidado, siempre empezando por dosis muy pequeñas y aumentando cada 4 ó 5 días. Si las cándidas se destruyen de golpe se pueden formar muchas toxinas y producir un empeoramiento muy fuerte de los síntomas. A mí, personalmente, me gusta ir cambiando el antifúngicol, en función de cómo reacciona el paciente, de esta manera se evita el estancamiento durante el tratamiento.
      En pacientes que tengan mucha sintomatología de desintoxicación, recomiendo darles molibdeno (150 mcg). Este mineral destruye los desechos de las cándidas, conviertiendo el acetaldehido en ácido acético que, en el círculo de Krebs, es convertido en energía.
 
3) Equilibrio
 
Cuando los síntomas que presentaba el paciente han remitido en su mayoría, es muy importante reequilibrar la flora intestinal. Este paso no debe hacerse al principio, ya que cuando la pared intestinal está inflamada puede haber una reacción de intolerancia a las bacterias "amigas". Esto puede causar dermatitis, picores, diarrea, espasmos intestinales y alergias. Además, mientras haya un exceso de cándidas en el intestino, los Lactobacillus no pueden crecer y repoblar el tracto intestinal. Es mucho más efectivo disminuir el crecimiento de las cándidas, reducir la inflamación intestinal y entonces repoblar la flora intestinal.
Las bacterias más abundantes son los Lactobacillus acidophilus y los Bifidobacterium bifidum. Estas bacterias se encargan de inhibir el crecimiento de ciertos organismos, como las cándidas. Se recomienda la ingestión flora intestinal unos 15 minutos (como mínimo) antes de las comidas.
   
También es importante hablar de la repoblación de la flora vaginal. Los Lactobacillus acidophilus habitan la flora vaginal, y se encargan de mantener el pH ácido fermentando el glucógeno vaginal y convirtiéndolo en ácido láctico. Existen óvulos y pastillas vaginales para repoblar la flora vaginal, recomiendo FEMINA FLOR de los laboratorios SURA VITASAN, que la forma de su utilización será la siguiente:
      Introducir una cápsula en la vagina con la ayuda del aplicador (que ya viene con el producto) al acostarse y por un periodo de 10 días.
   
Otro aspecto importante a tener en cuenta es reestablecer el equilibrio nutricional celular. Ya hemos visto que el paciente con candidiasis crónica normalmente sufre de mala absorción y, por lo tanto, desnutrición celular. Un organismo desnutrido difícilmente dispondrá de un sistema inmunitario sano y fuerte. Se podrían mencionar todos los nutrientes que fortalecen el sistema inmunitario. Sin embargo, es importante evaluar las deficiencias particulares de cada paciente y aconsejarle los suplementos acorde a sus necesidades bioquímicas particulares.
 
     En mi experiencia, los nutrientes más comúnmente deficientes son la vitamina C, el grupo de las B (especialmente la vitamina B6, B5 y B3), calcio, magnesio, zinc, cromo y los ácidos grasos esenciales de la familia Omega 3. Las dosis también variarán en función del paciente, pero en términos generales se puede hablar de las siguientes dosis: Vitamina C, 1000-4000 mg. Vitamina B1, B2 y B3, 100 mg. Vitamina B5, 500 mg. Vitamina B6, 200 mg. Vitamina B12, 100-300 mcg. Ácido fólico, 400-800 mcg. Magnesio, 400 mg. Zinc, 15-60 mg. Cromo, 200-600 mcg. Omega 3, 800-3000 mg.
   
Hay que tener cuidado de que las vitaminas del grupo B y el cromo no contengan levadura. No suelo recomendar calcio porque normalmente su deficiencia ocurre en pacientes que curiosamente han tomando lácteos durante muchos años. Esto suele causar un exceso de calcio extracelular (con sus correspondientes calcificaciones) y una sintomatología de deficiencia de calcio intracelular. Así que lo ideal es suplementar durante un tiempo con magnesio y dejar de consumir productos lácteos para que se regularicen los niveles de calcio a nivel celular. Si aún así, al cabo de un tiempo se opta por añadir calcio, las dosis variarán entre 500 — 1000 mg.
De todas formas, es la labor de cada terapeuta y médico evaluar qué nutrientes son prioritarios y cómo administrarlos, si por separado o bien en combinaciones ya preparadas. A esta altura del tratamiento, es aconsejable empezar a introducir lentamente y con cuidado algunos alimentos como la fruta, patatas, champiñones y ciertos fermentados, y observar si se toleran bien. Esta fase de introducción es muy importante, ya que el paciente se irá dando cuenta claramente de qué tipo de alimentos favorecen su estado de salud y cuáles no.
Durante esta etapa confirmará que existe una relación muy directa entre la alimentación y su estado de salud. Esto le ayudará a perfilar su tipo de alimentación idónea que implementará de por vida. Este paso es fundamental como prevención de una recaída en el futuro.
   
4) Reparación.
 
Una vez que la infección ha remitido, la flora intestinal está equilibrada y el organismo del paciente dispone de una buena dosis de nutrientes, es conveniente introducir ciertos nutrientes reparadores de la pared intestinal. Los más efectivos en esta etapa son la vitamina A (7500-20000 u.i.), y la L-Glutamina (500-1500 mg). También los ácidos grasos esenciales, pero normalmente éstos ya los están tomando desde la etapa anterior. Todo estos nutrientes se encargan de reparar, sellar y fortalecer la pared intestinal. Otro nutriente que aconsejo tomar durante un tiempo como medida preventiva es la biotina (300-1000 mcg), para evitar que las levaduras sanas y presentes en el intestino crezcan y pasen de ser inofensivas levaduras a agresivos microorganismos.
  
El tratamiento de la candidiasis crónica puede durar entre 3 y 8 meses. Hay expertos que opinan que por cada año de candidiasis crónica, se necesita un mes de recuperación. Yo he observado que es bastante acertada esta comparación. El tratamiento requiere paciencia y mucho apoyo al paciente. Es importante que el terapeuta conozca y entienda bien esta enfermedad y su proceso curativo, porque su apoyo es fundamental para la recuperación del paciente. Al principio del tratamiento, es normal que hayan altibajos que pueden provocar desconcierto en el paciente. Es importante que lo sepa para que ni se asuste ni se desmotive. Al final del tratamiento, el paciente además de sentirse fabulosamente (según dicen, como nunca se habían sentido antes), también ha descubierto su tipo de alimentación ideal, la que le potencia la salud. Esto le servirá como prevención para evitar otra candidiasis, y muchos otros desequilibrios, en el futuro.
  
Creo que es muy positivo hacer consciente al paciente de que es importante sacar provecho y aprender de la enfermedad. De lo contrario, la sensación que les deja ésta es de vacío y miedo a que se vuelva a repetir. Siempre les digo a mis pacientes que gracias a sus cándidas han aprendido tres cosas muy importantes: saber alimentarse, saber escucharse y conocerse mejor. Tres piezas clave, no solamente para la prevención de la candidiasis, sino también para conseguir una salud óptima

 
 

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